Hay muchas formas de decorar una tarta, pero no todas sirven igual según el tipo de celebración. En tartas infantiles o de comunión, por ejemplo, buscamos opciones que sean bonitas y —muy importante— seguras. Y ahí es donde las flores de papel de arroz se han convertido en una de nuestras herramientas favoritas.

Estas flores están hechas específicamente para uso alimentario, por lo que no presentan ningún riesgo en contacto con la tarta ni con quienes la consumen. No manchan, no se marchitan, no requieren manipulación especial, y si un niño se las lleva a la boca, no pasa absolutamente nada. Esa tranquilidad, que parece algo menor, marca la diferencia cuando hablamos de celebraciones familiares, donde hay muchos peques alrededor.

A nivel visual, las flores y mariposas de papel de arroz tienen una presencia delicada y elegante. Pueden parecer frágiles, pero aguantan muy bien el transporte y el paso de las horas. Las usamos tanto en diseños sencillos como en tartas más elaboradas, y funcionan especialmente bien en tartas de comunión, donde se busca un punto decorativo más llamativo.

Otra ventaja es que permiten jugar con formas, tamaños y tonos sin tener que recurrir a elementos no comestibles ni a flores naturales, que muchas veces generan dudas: ¿Están tratadas? ¿Se pueden pinchar en la tarta? ¿Son tóxicas? Con las flores naturales hay que tener mucho cuidado, y no todas las variedades son seguras para uso alimentario. Por eso, en tartas para niños —y especialmente si son piezas de corte en directo— nos inclinamos casi siempre por decoraciones comestibles como estas.

En cuanto al diseño, lo bueno de las flores de papel de arroz es que permiten un acabado visual muy ligero. No aportan peso y no rompen el equilibrio del montaje. Además, como no tienen sabor, no interfieren con el perfil del postre, algo que a veces ocurre con algunas decoraciones de chocolate.

En los últimos años las hemos utilizado en comuniones, cumpleaños infantiles, eventos escolares y alguna que otra tarta para adultos con estética más naíf. Siempre con buenos resultados. Funcionan tanto en tartas de pisos como en formatos bajos, y se pueden adaptar al color general del evento o al gusto del niño o niña.

Hay quien las asocia con un estilo muy concreto, pero en realidad se pueden integrar en casi cualquier propuesta si se trabajan bien. Nosotros a la hora de decorar tenemos la tendencia de decorar más hacia lo minimalista, en pequeñas agrupaciones, y a menudo en colores suaves. Pero también hemos preparado tartas con flores en tonos más vivos y grandes, especialmente para cumpleaños, donde se buscaba un impacto visual más potente.

Por todo eso, y también por su estética, nos parecen una de las mejores soluciones para decorar tartas infantiles. Y en el caso de las comuniones, encajan perfectamente con el tono de estas celebraciones: importante pero no formal, cuidado pero no recargado, dulce pero no exagerado.

Si estás preparando una comunión o una celebración infantil y te preguntas cómo decorar la tarta sin complicarte con flores naturales o elementos que después haya que quitar, esta puede ser una buena opción. Como todo en repostería, lo importante es que cada pieza tenga sentido con el conjunto del evento. Y en este caso, las flores y mariposas de papel de arroz aportan justo eso: ligereza, color, seguridad y belleza sin comprometer el resto.