En esta época del año, la finca cambia: empiezan a salir las primeras flores, la luz es distinta y todo lo que nos rodea —desde los caminos hasta los árboles del jardín— tiene otro color.

Como nos gusta observar estos cambios (y fotografiarlos), aprovechamos para compartir un poco de lo que se ve por aquí cuando empieza la primavera.

Para quienes no nos conocen todavía, estamos en Cambre, en una finca en la que también tenemos nuestro obrador.

Un lugar algo apartado, con jardín, árboles, y ese tipo de entorno que se va transformando con las estaciones. No es algo decorativo ni algo pensado para visitas, simplemente es el lugar donde trabajamos, y eso —con el tiempo— ha acabado influyendo en nuestra manera de hacer las cosas.

La primavera, en concreto, marca el inicio de una etapa en la que la luz y el entorno nos acompañan de otra forma.

Este es el momento en el que empezamos a abrir más las ventanas, a ver flores nuevas en el camino de entrada y a notar que el verde que nos rodea se vuelve más vivo.

Es cuando más gente se para a mirar alrededor al venir a por un pedido. Y aunque no lo hemos buscado como reclamo, sí que creemos que forma parte de lo que somos.

No solo hacemos dulces, también cuidamos el sitio donde los hacemos.

Así que estas fotos no son una campaña de primavera, pero sí una forma de enseñar una parte de nuestro día a día que no siempre se ve, porque además de lo que preparamos dentro, también está lo que pasa fuera.

Y si estás cerca o te apetece darte un paseo diferente por Cambre, este es un buen momento para venir. Las flores ya han empezado, y el resto está en camino.